viernes, 15 de julio de 2016

¡A tí alondra y escarcha...


¡A ti: alondra y escarcha alzo mi canto al viento, canto que elevo con voz de corsario y marinero y dirijo a los verdes campos de granados y almendros, campos que te cobijan, espiga dorada del cielo!


Las doradas playas se extienden bajo el claro cielo que baña rocas y costas mientras de pie te celebro con el canto propio de un joven corsario, con mis versos de marino solitario ¡navegante de veleros!

Como agitados corceles al viento saltan mis versos resonando a través de acantilados y  esteros, entre redes de pescadores y luceros; pronto se cobijan con las sábanas del océano llegando hasta oídos de náufragos extranjeros, de marinos veteranos que aguardan en sus puertos.


¡Alondra: no sabes la dicha que hay en saberte mía cada vez que tus labios besan e insuflan vida a mi canto y tus dientes pintan una blanca sonrisa!

Cantera de escarcha: ¡fuente inagotable de poesía!  el viento que infla mi vela es el mismo que a tu risa moldea, el mismo que lleva mis versos de tinta marina a  tus oídos de arena, azucena  y brisa.


He surcado al infinito y traicionero mar-océano desafiando sus violentas y azules olas de fuego, contemplando los verdes y espumosos esteros que se guardan en las costas y regresan a su lecho.

He navegado guardando en mi velero el infinito y espumoso eco de los besos que le brinda el océano a mi barca de marinero. 

He recorrido el azul universo filibustero navegando en compañía de escuálidos bucaneros: líquidos y variopintos ¡leales marineros! ¡navegantes guiados por la pátina de los luceros!

Ha escuchado la luna mis lamentos y en su negro manto he colocado mis recuerdos esperando que la lluvia los convierta en versos ¡me convierta en poeta corsario y marinero!


¡Alondra: no sabes la dicha que hay en saberte mía cada vez que tus ojos alimentan de fantasía a mis versos, cada vez que tus sueños se cobijan con ellos, con el canto nacido de una noche fría!

Cantera de escarcha: ¡fuente inagotable de poesía! la brisa que a mi bandera bautiza es la tinta marina que tus labios adoptan como saliva, tinta que es para tu lengua ¡un manantial de vida!


Partí desde los cálidos y meridionales puertos en busca de un tesoro revelado entre mis sueños. Pronto mis ojos azul verían al mundo, pronto el cielo enarbolaría mi vela llamándome marinero primero y después corsario de los cuatro vientos, pronto de un joven solitario sería el eco

Cansado de los infructuosos años, tendido al cielo me hallaba cuando la luna se cubrió de negro y una brisa de escarcha me recorrió

¡alondra al viento y canto que me cautivó!

con un sutil aleteo esfumaste mi cansancio: ¡al fin lo que entre sueños se me había revelado mis ojos, con un eterno beso, lo habían encontrado!

¡Tesoro de marinero: escucha la canción que nace de mi exaltado pecho! ¡cántico que borra mi pasado dibujando un bello amanecer diáfano!

¡Confidente y pregonero mar-océano: a quien fuera semilla de versos lleva mis labios de corsario y bucanero, y que en los verdes campos de granados y almendros ¡sea tu brisa un beso a mi espiga dorada del cielo!

***

Desde que soy corsario, alondra escarcha y poesía yo te canto mientras tus alas a mi velero guían

¡desde entonces tengo la dicha de saberte mía!


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